¿Cuantos proyectos quieres concluir este año? ¿De qué tipo son? ¿Cuántos corresponden a tu trabajo y cuántos son personales? ¿Existe alguno que te apasiona mucho más que cualquier otro? ¿No estás trabajando en ningún proyecto interesante?
Algunas veces no tenemos proyectos en proceso y no hay ninguno en puerta. Esto puede ser bueno si lo que queremos es sólo hacer nuestro trabajo, seguir con la rutina y relajarnos dejando pasar el tiempo. Tal vez necesitamos pasar algunas semanas sin mucho más que hacer que seguir con la inercia de nuestra vida. Pero pasar mucho tiempo así puede que nos lleve al aburrimiento. Cuando esto sucede y si nuestro trabajo no nos está sacando de la rutina podríamos romperla inventando algún proyecto interesante, algo que podamos combinar con nuestras actividades actuales o si de plano queremos hacer un cambio drástico en nuestras vidas, quizá nos convendría crear un proyecto que fuera el centro de nuestras actividades.
Como sea que se nos ocurra aventurarnos en algún proyecto, ya sea como una actividad secundaria o una principal, es bueno crear un plan para llevarlo a buen término. Para definir los pasos a seguir en el plan, puede servirnos imaginar el momento del futuro en el que logramos el objetivo del proyecto y desde ahí ir hacia el pasado. La idea es que con nuestra imaginación correremos una película en sentido contrario que va del punto en el futuro en que logramos nuestra meta hasta el día de inicio del proyecto y durante ese recorrido vamos anotando los eventos y acciones que se supone fuimos realizando para lograr lo que nos propusimos. De esta forma obtenemos una lista de verbos, recursos, lugares y fechas que nos sirven para establecer nuestro plan. Este ejercicio también nos puede servir para motivarnos pensando lo que se sentirá lograr concluir un proyecto interesante, pasando por cada uno de los momentos importantes que viviremos al ir ejecutando nuestro plan.
Códice Moncam