Luca
La inteligencia encuentra mejores soluciones viviendo cerca de los problemas
Había una vez una célula primordial desde la cual surgieron otras células y otras y otras y otras hasta que evolucionaron y se organizaron de tal forma que fueron dando origen a todos los organismos del planeta Tierra, incluyendo al ser humano.
La célula primordial se llama Luca y representa una de las varias teorías sobre el origen de la vida.
La vida es la expresión más creativa del Universo y nosotros, los humanos, con nuestro maravilloso cerebro, somos los seres que mejor podemos expresar y multiplicar esa creatividad de múltiples formas.
El haber heredado la capacidad creativa del universo nos pone en un lugar de responsabilidad muy alto y tenemos que usar nuestra inteligencia para crear más orden y evitar la destrucción de lo que permitió que pudiéramos existir.
En el gran esquema de las cosas, somos sólo una especie más, que ha creído que porque podemos manipular las cosas podemos hacer con la naturaleza lo que nos plazca. Está bien descubrir sus secretos y usarlos para aumentar las posibilidad de extender la vida no sólo en este planeta si no en muchos otros pero lo que no está bien es que destruyamos en el proceso el soporte de lo que nos ha dado la vida. Los seres humanos debemos ser más inteligentes y reducir al máximo nuestra capacidad destructiva aumentando al mismo tiempo nuestra capacidad constructiva. Cada persona tiene esta responsabilidad y no debemos delegarla a pocas personas. Ese es un error dentro de la democracia actual, delegamos la capacidad de crear soluciones a unas cuantas personas y llevamos la inteligencia a los lugares más lejanos de donde existe el problema. La inteligencia debe estar cerca de los problemas, debe vivir, experimentar, tolerar el contexto de los problemas, así como el diseño e implementación de soluciones para seguir iterando hasta que el problema haya desaparecido.
El sistema basado en centros de control y de un grupo de liderazgo, ya sea elegido por votación o no, no es capaz de resolver los problemas de forma óptima pues por diseño se encuentran muy lejos del problema por lo que no lo hacen suyo y sólo crean las soluciones que les permiten seguir teniendo el control.
La naturaleza distribuye la inteligencia y la deja funcionar en el punto donde se requiere, experimentando en su contexto cada vez mejores soluciones a los problemas que se le presentan. Aún nos falta mucho por aprender, por pensar y crear.
Códice Moncam