Algunas personas en el mundo tienen mucha suerte, tanta que desde niños descubren a que quieren dedicar su vida y a partir de entonces enfocan todas sus energías a ese algo que los hace sentirse vivos y que los lleva a lograr grandes y originales cosas en la vida.
Un día cualquiera, un estímulo, una canción, unas palabras, una corazonada, una idea, un ejemplo; enciende una chispa en su ser que sin más se convierte en un fuego interno que energiza su pasión.
Descubren que quieren dedicarse a la música, a inventar, a escribir, a construir, a pintar, a diseñar, a curar, a innovar … y operan desde entonces con un motor de movimiento continuo que consume una gran cantidad de energía pero que se recarga con cada amanecer.
Las personas que traen encendido el fuego interior no van por la vida cansadas, cabizbajas o arrastrando los pies. No andan tampoco con prisas pero se mueven rápido cuando es necesario y lento cuando el momento creativo exige suavidad o incluso se detienen para observar y sobre todo para estar y respirar en el presente un aire que parece diferente, un aire que llena sus pulmones de un oxigeno que los renueva con cada inhalación.
Son personas que experimentan con profundidad las emociones humanas pero sobre todo conocen los diferentes matices de la felicidad.
Están enfocadas en aprender todos los días a todas horas que funciona y que no funciona de lo que es su arte, su ciencia personal.
Son los que sin mucho pensarlo y siendo todavía jóvenes ya han invertido más de 10,000 horas en volverse uno con su objeto de pasión.
Son los que interpretan la belleza con la forma de un objeto, el color de una idea, la textura de unas palabras, el movimiento del aire, el sonido de una campana, la estructura de una nube.
Son los que descubren los misterios de la vida observando delfines, pingüinos, mariposas, virus y bacterias.
Son los que extraen ecuaciones del universo imaginando que van montados en un rayo de luz.
Son los que piensan diferente, los que quizá por mucho tiempo van por la vida señalados como locos, estrafalarios, inadaptados, rebeldes, y quizá hasta idiotas.
Son personas que cambian al mundo para bien pues su esencia se basa en construir, en crear, en innovar, en simplificar, en transformar y en inventar un mejor futuro.
Códice Moncam