Curiosidad y asombro son dos palabras para consumir diario, para mantener nuestra mente fresca, en buenas condiciones para explorar al mundo.

La curiosidad abre la posibilidad de que veamos lo rutinario desde puntos de vista diferentes para que encontremos en ello nuevas formas de hacer las cosas, nuevas aplicaciones de los materiales que usamos todos los días, nuevas formas de entender lo que vivimos cada día.

La curiosidad es una lista dinámica de preguntas que vamos haciendo conforme lo que tenemos enfrente nos llama la atención o lo tomamos en nuestras manos y lo vemos desde diferentes puntos de vista. Pero es más que eso, es una forma de operar en la vida, de actuar sobre lo que leemos y escuchamos. Es no quedarse con la primera opinión sin dudar, no precisamente de la fuente, si no de la información pues una mente curiosa pregunta, analiza, busca otras ideas u opiniones, se desplaza de manera lateral, horizontal, vertical y en el tiempo.

Nuestra mente curiosa nos llevará a conocer más cosas y hacerlo más a fondo y en ese proceso quizá la curiosidad nos siga empujando para seguir preguntando, investigando sin detenernos para nada con tal de satisfacer la necesidad de saber más, sin embargo, es bueno también darse tiempo a observar más allá del espíritu inquisitivo pues además de absorber con el intelecto, hay momentos mejor usados cuando nos asombramos de lo que está enfrente de nosotros, de lo que sentimos o vemos o entendemos por primera vez. Cuando nuestra curiosidad nos ha llevado a arrodillarnos en un campo para investigar algo más sobre las hormigas, por ejemplo, podemos admirar su comportamiento, su capacidad organizativa y también se vale voltear a ver al colibrí que bajó cerca de nosotros a chupar el néctar de una flor.

En este punto, la curiosidad me detiene y me hace preguntas ¿de qué tipo de flores se alimentan los colibríes?, ¿será que los colibríes chupan néctar o de que se alimentan?, ¿qué es el néctar?, ¿cuántas especies de colibríes existen?

La curiosidad y el asombro son “cualidades mentales” que requieren que las pongamos en movimiento cada día para que sean efectivas. Quizá sería bueno llevar un diario de las cosas que han inspirado nuestra curiosidad y de lo que nos ha causado asombro para decidir sobre que profundizar pues no hay tiempo para investigar todo lo que nos llame la atención.