La capacidad de atención del hombre es limitada y debe ser constantemente espoleada por la provocación.
- Albert Camus

El objetivo no es aprender por aprender.

El objetivo es usar lo que se aprende lo más rápido posible que podamos.

Llenarnos de información puede ser un objetivo cuando queremos participar en un programa de concursos en donde se trata de demostrar quien sabe más pero no sirve para resolver problemas prácticos, urgentes e incluso los de largo alcance. Menos sirve para crear soluciones extraordinarias a retos increíbles.

El objetivo principal no es ser consumidores de libros, conferencias, información en general.

El objetivo es convertirnos en creadores. Usar lo que aprendemos como materia prima, como una de las fuentes de nuestra creatividad, aunque no la única.

El conocimiento que obtenemos aprendiendo de forma pasiva, leyendo, escuchando ya sea en el salón de clases, viendo un video o asistiendo a una conferencia, es muy bueno y si lo aplicamos de manera inmediata, mucho mejor porque entonces generamos no solo más conocimiento si no que además actuamos sobre nuestra realidad. Esto resulta en que aumentamos nuestra creatividad siendo creativos con el material que aprendemos.

Si cada vez que leemos un libro, por ejemplo, tomamos notas y decidimos usar algunas de ellas en algún proyecto inmediato que tengamos, entonces esa lectura comienza a participar de lleno en nuestra vida. Las letras pasan de ser de marcas en el papel a marcas creativas en nuestra vida y se convierten en parte de lo que aportamos al mundo.

Ver la información que recibimos como materia prima de nuestra creatividad nos ayuda a absorverla con los ojos de un artista no con los de un consumidor. Entonces usamos mejor el recurso natural limitado que es nuestra atención, con esto aprendemos a automotivarnos, a abrir los ojos, los oídos y la mente ante la información que tenemos enfrente, ya sea esta proveniente de un libro, de una clase, de un video de youtube, o de lo que alguna persona nos está queriendo explicar.

Poner atención al momento presente de esta manera especial, es tener nuestro cerebro operando en modo de aprendizaje y creativo a la vez.

Un estudiante pasivo es como una flor de plástico.

Una persona que aprende activamente no solo florece mientras se educa si no que además crea muchas semillas, ideas, que sembradas en la tierra, en la práctica, tienen el potencial de crear muchos bosques y jardines, muchas soluciones a retos inmediatos e importantes.

Las personas debemos de considerarnos menos como vasijas en donde se les vierte información por parte de los maestros y más como coparticipantes en la danza creativa, entre maestros y estudiantes, que debería darse en los salones del mundo.